miércoles, 11 de junio de 2008

Oruga

Recuerdo que me impresionó mucho
leer que había un gusano
que se mimetizaba o se confundía
con el excremento de un pájaro,
porque de ese modo
se defendía de ser comido
(los pájaros lo tomaban por un
excremento y no lo comían).

Y yo pensaba que qué triste,
que a qué precio,
que si valía la pena sobrevivir
a precio de hacerse pasar por un excremento.


Y cuántas veces, a lo mejor,
en la vida real,
los seres humanos
sobrevivimos también
a precios parecidos.